• SPRINT forma parte del ‘Single Market Programme’ de la Comisión Europea y pretende diagnosticar los residuos alimentarios y proponer soluciones para el desperdicio en restaurantes de hoteles, supermercados y hogares.
• Para Tianyu Zhang, miembro del CREDA en este proyecto, “el estudio de estos contextos poco explorados aportará resultados más significativos y sólidos que proveerán de información valiosa al personal responsable de las políticas”.

12 de julio de 2024

El Centre de Recerca en Economia i Desenvolupament Agroalimentari (CREDA) participa en el proyecto SPRINT, una iniciativa que tiene por objetivo mitigar el desperdicio alimentario en restaurantes de hoteles, hogares y supermercados, mediante la implementación de intervenciones tecnológicas innovadoras y efectivas que sean capaces de alterar los patrones de comportamiento.

SPRINT ha recibido financiación de la Comisión Europea mediante el Single Market Programme (SMP) que ayuda a los mercados interiores a recuperarse de la crisis de la COVID-19. Con este proyecto, se pretende conseguir tres objetivos principales: (1) diagnosticar los residuos alimentarios y qué los impulsa; (2) cocrear, diseñar e implementar estrategias de intervención basadas en la evidencia de que sean más efectivas y sostenibles; y (3) sensibilizar y promover recomendaciones políticas y directrices operativas sobre cómo reducir y prevenir el desperdicio alimentario.

Para llevar a cabo el proyecto y conseguir estos objetivos, se adoptará un enfoque sistémico que tenga en cuenta los factores individuales que favorecen el desperdicio, pero también los factores externos que pueden afectar a individuos e individuas, como por ejemplo el contexto, la cultura, la infraestructura o la arquitectura de elección. Así, durante un período de 12 meses, las entidades colaboradoras realizarán un estudio en tres casos piloto (Hotel Artiem, Superercat Más y más, y hogares), tanto en Asturias como en Cataluña.

Tianyu Zhang, doctoranda en Sostenibilidad, es una de las participantes del CREDA en SPRINT. Para ella “el proyecto servirá como estudio de referencia para futuros esfuerzos en el ámbito del desperdicio alimentario“, ya que “dará a conocer nuevas evidencias sobre las causas y posibles soluciones en contextos poco explorados como son los supermercados y los hoteles“. Así, “SPRINT aportará resultados más significativos y sólidos que proveerán de información valiosa al personal responsable de las políticas“, para ajustar los programas actuales o desarrollar nuevos.

Durante los dos años de vida del proyecto el centro catalán participará en tareas de varios paquetes de trabajo (2, 3, 4 y 5) “haciendo el mapeo y evaluación de la situación inicial, definiendo las metodologías de los casos piloto, implementando las intervenciones seleccionadas y recolectando los datos de impacto ambiental, económico y social”, explica Zhang.

Según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), los alimentos producidos y no consumidos en 2021 representaban entre el 8-10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Asimismo, el recuento del año 2022 concluyó que todos los hogares de todos los continentes derrocharon el equivalente a más de 1.000 millones de comidas cada día.

Ante esta situación, el proyecto SPRINT pretende conseguir un cambio en los patrones de comportamiento de consumo que reduzca el rechazo de alimentos mediante la combinación de estrategias de impulso y herramientas tecnológicas que consistirán en una aplicación móvil, un programa de acceso abierto y un sistema de monitorización de sensores.

SPRINT está liderado por el Club Asturiano de la Innovación (INNOVASTURIAS) y cuenta con un total de 7 entidades socias de 2 comunidades autónomas: Asturias y Cataluña. El CREDA es la organización que representa a la comunidad catalana.